Una orquesta, algo que parece tan alejado de la realidad social pero que al mismo tiempo puede ser una fuente potenciadora de unión social y generadora de espacios donde la música sinfónica se convierte en una vía de acceso a la cultura. Ayudando a que la comunidad que te rodea, desde tu familia hasta la vecina del cuarto, pueda ir a un auditorio o teatro, en muchas ocasiones por primera vez, atraídos por sus intereses musicales o incluso por los allegados que se encuentran sentados en el propio escenario esperando a tocar las primeras notas del concierto.
Una orquesta comunitaria que surge para dar cabida a los músicos de la sociedad canaria a expandir su formación y experiencia a través de la oportunidad de tocar en una agrupación sinfónica. Una formación regida por la excelencia, donde lo importante no es el nivel o las circunstancias que tengas a tu espalda, sino la capacidad que tengas de obtener el mejor resultado con lo que puedas dar. Convertirte en tu mejor versión para aportar al grupo algo más que notas o ritmos: tú como persona.
La Orquesta son todas las personas que la conforman y ellos y ellas son quienes crean y evolucionan a la OCGC.